viernes, 20 de mayo de 2011


Cobardemente te abandoné muchas veces, me fui buscando una nueva oportunidad y cada vez que retornaba, ahí siempre estabas tú, con aquellas hermosas curvas, aquel delicado esplendor, con todas tus locuras y aquellos irreparables momentos de dolor.

Me viste crecer, jugar a las escondidas, disfrutar inesperadamente hasta curar las heridas.
Hoy quise venerar tu presencia, acariciarte como nunca, redactar en una hoja de papel, el sentimiento que me atrapa y me encierra en tu cuartel.

Me gusta sentir tu calor, la emoción de seducirte y tu inigualable clamor, los” te quiero” que algún día no escuché pero con el viento fuerte que soplaba mi ventana pude reconocer.

Como un fugitivo me he escondido entre tu belleza, aprendí a acariciarte y disfrutar tu naturaleza. Me has dado calor, me has fumigado de frio, me has hecho el hombre que soy aun cuando no estás conmigo.

Silenciosamente pude reconocer, que sin pedirte un “te quiero”, justo en tu mudez lo podía ver. Hoy, frente a mi verdad he decidido corresponderle a mi inspiración, tatuar con tu nombre, las esperanzas de mi ilusión.

Me encanta verte por las calles vacías, quizá porque es de la única forma que tu mirada se puede cruzar con la mía, guiñarte el ojo y seducirte de a poco, e inexorablemente confesarte que me tienes loco.

A ti he dedicado mis locuras, mis escritos convertidos en ternura, mis sin sabores que algún día he reconocido y el amor tan profundo que nos tiene unidos.

Te he visto con los ojos del corazón, con el silencio del mañana, con los vientos de norte a sur y por las excusas de mi ventana. Por más de un santiamén de melancolía, por aquellas líneas escritas, que terminaron siendo poesía, por el alma, su corazón y una pequeña hendidura, quiero decirte “mi amor”…TE AMO MI AMADA HONDURAS