LIBRE POR EL MUNDO

Mi amigo Ignacio me contó que a muy corta edad decidió abandonar la casa de sus padres para buscar su propio rumbo. Su madre, una señora humilde, con matices de generosa y con las pestañas quemadas por el sol, sufrió cuando él le anunció su partida. Vivian en una casa cómodamente amueblada. Tenían piscina, aire acondicionado, un garaje donde mantenían cinco carros del año, entre otros lujos que muchos pobres no podían tener. Empacó una maleta, dentro de ella portaba dos camisas, dos calzoncillos, una gelatina para el cabello, una pasta dental y un cepillo de dientes, además de tres limones por mientras encontraba donde comprar un desodorante.

Emprendió rumbo desconocido, hasta donde sus pies lo pudieran conducir. Entre pueblo y pueblo, llegó a conocer todo el país, también tuvo el valor de cruzar la frontera. Hoy es un tipo que anda por el mundo, viajando sin temor alguno. Por las mañanas no sabe en qué ciudad se encuentra, solo sabe que sigue logrando su propósito.

Hace un año lo encontré cerca de un museo en Saint Louis Missouri y me comentaba que era un tipo feliz, que andaba del timbo al tambo celebrando el valor que tubo de haber salido de aquella casa donde lo tenía todo. No quise ser imprudente de inicio, ya casi para despedirnos le pregunté: ¿No te hace falta la casa de tus padres?, tajantemente me respondió “NO”. ¿Te sientes bien hoy que no tienes nada cuando antes lo tenias todo?.... me vio fijamente a los ojos y me dijo: “De que me sirve tener todo lo material posible, (carros, dinero, piscina etc., si no tengo la libertad de buscar mi propio rumbo…

Cada vez que veas a un tipo con una mochila en la calle, o a esas personas a quienes le llamamos desposeídos, no creas que ellos se sienten mal, ellos son más felices que nosotros, ellos han encontrado lo que muchos no conocen…. Ellos si saben el significado de la palabra LIBERTAD