POBRE MARÍA

Ayer me encontré a María, una amiga de hace tiempo. Me contó que trabaja en una maquila y que se la pasa mal, gana poco dinero y ya ni horas extras le quieren pagar. Le hice una evaluación sensata de lo inteligente que puede ser y le pregunte: ¿Que harás con el aguinaldo? Sin arrugar la cara y sin darme la espalda me dijo: “Primero me voy a ir a la discoteca con mis amigas a festejar las vacaciones, luego iré al Mall a comprarme ropa para navidad y año nuevo, después le daré un regalo a mi novio, él no trabaja pero es muy bueno, por lo menos me da besos los fines de semana y se la pasa conmigo cuando estoy sola en el cuarto que rento, por el que pago mil quinientos al mes.

Me atreví a no dejarla terminar su discurso tan irracional y me dijo: “Déjame terminar no seas mal educado. También quiero comprar un DVD, un equipo de sonido, entre otras cosas que me hacen falta en mi cuarto. Ella tan amigable como siempre me invitó a su apartamento, no rechacé su pedido y la acompañé. Cuando llegamos vi que no tenía nada de lo que me hablaba, solo tenía un colchón tirado en el suelo, una taza para tomar café, agua, fresco y un plato plástico para comer y llevar la comida al trabajo.

Me dio lastima María, cuando estaba en la escuela conmigo era una niña muy inteligente, una diosa para sacar cuentas, muy buena para matemáticas…. Hoy no puede ni contar con amigos porque no tiene nada, es una mujer que se gasta en todo menos en cuidar su salud, compra de todo lo que no necesita y le hace falta lo esencial en casa, además creo que el cerebro se le fue para el trasero porque ni papel higiénico usa…. La lástima que me da, es que como ella, hay mucha gente en mi país, espero nadie de los que haya leído este blog, se identifique con el trasero de María, perdón con mi amiga María.